A veces es
difícil mantener una fachada de dureza constante, fingir que nada ni nadie
puede contigo y repetirte una y otra vez que eres capaz de absolutamente todo. Ser
experta en intentar las cosas más de una vez creo que me está pasando factura
en todas las ocasiones. Yo y mis maneras de hacer ver que lo evidente se puede
cambiar por echarle ganas y bueno, no sería todo tan especial cuando se deshace
con unas pocas palabras. He sido ya rota en varias ocasiones y por eso a veces
corto como un cuchillo y puedo llegar a ser tan fría que acabe quemando. La complicación
personificada y la locura más bonita.
No existe un término medio para mi es
todo o nada, por eso rendirse no está en mi lista de opciones. Siempre por
delante y arriesgando aunque no signifique que siempre gane si no que también tengo
saltos a la piscina sin agua, caídas que destrozan pero no son lo suficientemente
fuertes para dejarme fuera de juego. Supongo que la vida a veces es tan
complicada que al final acabas riéndote de ella.
Porque si el
mundo fuera fácil y un poco justo, ahora mismo estarías aquí conmigo.