24 de abril de 2013


Hay personas que pueden cruzarse en tu camino en un momento determinado y que realicen contigo el proyecto mas maravilloso de la amistad.
Tengo que estar orgullosa de conocerlos como los conozco y sobre todo de quererlos como los quiero.

Desde pequeña te meten en la cabeza la bonita historia de que una chica conoce a un chico (siempre el primero), se enamoran y son felices para siempre. Viven todo lo que se puede vivir bonito con una pareja. Puede que aparezca una discusión de tantas que hay pero eso si, no nos olvidemos de las maravillosas reconciliaciones que no se como se las arreglan pero nunca a llegan a otra.
Y ahora es cuando yo me pregunto qué dónde cojones está ese chico, puede que se haya ahogado en el mar, que se lo hayan comido los tiburones... cualquier escusa es buena.
Después, a lo largo de los años te das cuenta de que aparecen chicos, uno tras otro, uno tras otro, que al fin y al cabo puede agruparlos en un mismo grupo porque todos acaban siendo como el anterior. 
Y cuando piensas que ha llegado, te vuelves a confundir.
Ahora es cuando yo me planteo si de verdad, esa leyenda de que un cuerpo lo separan en dos por el castigo de tener que encontrarse, es de verdad o es simplemente un cuento mas de viejos.
Lo que si que puedo decir es que he vivido el amor de cerca, que he tenido ejemplo a seguir, que no puedo ver amor mas grande que el que tengo al lado, el que he tenido siempre a mi lado, mis padres y el que lleva unos pocos años pero parece que sea una eternidad, mi hermano y su mujer.
Entonces, ¿existe?.. Parece que si que tengo motivos para creer en algo que no se sabe realmente si existe hasta que no lo sientes dicen. Pues aquí me tienes, preparada para la guerra, con miles de armas con las que poder luchar y ganar la batalla.


Digamos que después de luchar tanto por esto ahora se esta quedando en nada. Ahora que todo va bien, que he conseguido todo eso que quería la cosa flojea. Pues estoy cansándome de que tengas esas tonterías que tienes de niño sin que me las merezca, de que sigas en tus trece y no des nunca el brazo a torcer por nada de esto, pero que cuando desaparezco vengas buscándome como si te importase todo esto rompe mis esquemas.
Puede que las cosas hayan cambiado, que esta vez sea yo quien quiere utilizarte para lo que a mi me plazca. Quizá ahora sea yo quien no te necesite tanto.
Cuando el tiempo hace que todo se suavice y te permite ver que no vas a ningún sitio con lo que quieres, y lo sé, sé que quizá no es lo mejor para mi, que somos tan diferentes como el agua y el aceite pero a la vez tan iguales como dos zapatos. Pero recuerda, está el zapato izquierdo y el derecho. 
Que tenemos diferentes planes de futuro y si metemos el futuro ¿de verdad nos ves juntos?.
Cuando una persona no sabe que quiere ni lo que no quiere es cuando debes plantearte si de verdad quiere algo. 
A día de hoy puede que si que me haya demostrado muchísimas cosas pero es que no puede igualarme en ninguna perspectiva. 
Supongamos que él soy yo y yo soy él, vamos a intentar por un momento cambiar los papeles, las cabezas, las mentes, déjame ver que hay en tu cabeza cuando me tienes a un centímetro de ti para saber si de verdad tengo que quedarme a tu lado porque no se cuanto más voy a aguantar con este juego que al final hemos inventado los dos. Un juego en el que nos queremos pero no lo decimos, que no lo sepa el otro pero que como se cruce alguien de por medio revienten mis ganas de celos. 
Ahora supongamos que cada uno vuelve a su cabeza, vale, ahora que tú sabes que hay en mi cabeza dime si estas dispuesto a acompañarme en todo aquello que tengo planeado porque si no lo estas, DESAPARECE.
Recuerdo cuando me decían que si alguien se cruza en tu camino es por una razón pero en la misma frase viene, un cruce es solo una parte de tu camino, mi camino digamos que es recto y eres tu quien decide acompañarme paralelo a mi.
Tenemos tanto por decirnos o mas bien tengo tanto yo a ti que decirte y no te lo digo por el hecho de que tú no tienes nada que decir y no tener una razón por la que mandar todo a la mierda. Porque te juro que ahora mismo, para mi, cualquier cosa puede hacer que esto se desplome, que el cruce termine y yo continúe mi camino, que aparezcan nuevos cruces y que se conviertan en paralelos o no lo hagan.
Así que dime, ¿a qué esperas? Espabila porque mientras tú te lo piensas otros cruces aparecen en este camino en el que yo no voy a parar.