5 de diciembre de 2015

Después de tanto tiempo te decides a escribir. Te paras a pensar y dices ¿de qué escribo?.
La vida, que te enseña tantas cosas que ya no sabes ni por donde empezar. Donde las personas cambian, maduran y luego te das cuenta de que no.
Donde las personas no son capaces de valorarse a si mismas y caen una y otra vez en la mayor de sus torturas. Y se creen felices, ¿suena a chiste eh? Cuando una persona  te dice que sabe que no es lo correcto, que no es bueno para uno mismo, que la situación le está consumiendo y aún así ahí están.
Que mala es la dependencia de una persona.
Y yo aquí como siempre, sola y dura. Fuerte como yo misma. Sigo respirando y esperando que por mucho tiempo continúe siendo así.
Te encuentras en tu camino, de nuevo, personas que fueron, son y serán importantes en tu vida y te das cuenta de que las situaciones cambian pero que los sentimientos no desaparecen sino que desvanecen.
Las cosas cambian, las personas muestran como son, los años pasan, los días cuentan, la vida pasa.